viernes, 10 de agosto de 2012

CABLE




ESTACION MANIZALES



 El cable en sus primeros diez años tuvo un movimiento extraordinario, pues con él se estaba remplazando el transporte del principal producto agrícola de exportación, que hasta el momento de su inauguración se hacía a lomo de mula por abruptos y difíciles caminos de herradura, en jornadas que duraban a veces varias semanas, trasmontando la cordillera central de los Andes, vadeando ríos torrentosos, al sol y al agua y en condiciones muy penosas y agotadoras. Pero con el incremento en la construcción de carreteras y ferrocarriles, su utilidad fue decreciendo paulatinamente hasta que, ya entrada la segunda mitad del siglo veinte, terminó por extinguirse. El formidable cable aéreo fue derrotado definitivamente por la moderna tecnología del transporte. Pero también contribuyeron a ese lánguido declinar los frecuentes asaltos de que fue objeto por parte de un famoso bandido y su temible cuadrilla, tal como lo registraron algunos periódicos de la época y la memoria de los pocos sobrevivientes que todavía quedan de aquellos lejanos tiempos en que el país empezaba a transformarse, a dejar de ser la inmensa provincia amable y acogedora, para convertirse en este país pujante de hoy, agobiado de problemas y sacudido por la violencia, el narcotráfico y la corrupción de su clase política, pero todavía con la vitalidad suficiente para esperar mejores horizontes de prosperidad y desarrollo comunitario.







El primero en construirse fue el llamado Cable de Mariquita que principió a funcionar en el año de 1921 y fue inaugurado en mayo de 1922 y que unía esta población del Tolima con la capital de Caldas, tratando de comunicar ésta con el Ferrocarril de La Dorada. Fue una concesión hecha a los ingleses y por ellos fue construido. Con una longitud de 72 kilómetros, tuvo este Cable gran importancia en esa época, pues comunicó a Manizales con el río Magdalena, arteria fluvial importantísima en su tiempo, por la que se transportaba, por vapores especiales, toda la mercancía que del exterior llegaba a Puerto Colombia (Barranquilla) para ser distribuida mucha parte de ella, desde Manizales al occidente colombiano.


ESTACION HERVEO
En la primera década del siglo XX, James F. Lindsay, un ingeniero civil oriundo de Nueva Zelandia, después de muchos recorridos, exploraciones y mediciones, dio su visto bueno a la Dorada Railway, para la Construcción del Cable Aéreo Manizales   Mariquita, siguiendo el trazo ancestral. Igual cosa hizo, medio siglo más tarde, un grupo de ingenieros mexicanos, que oyendo entra las nuestras sus propias canciones y observando en nuestros volcanes, un espejo de los suyos, construyó el Poliducto de la Empresa Colombiana de Petróleos, el mismo que desde entonces transporta riquezas fabulosas por nuestro territorio



El jefe de la construcción y gerente de la empresa comercial era un ingeniero inglés que, dicho sea de paso, se granjeó la amistad y el aprecio de la gente de Manizales por sus relievantes dotes personales. Faltaba poco para terminar los trabajos del Cable: apenas una torre de hierro que debía ser colocada cerca de Herveo. Aquella torre era transportada en aquel tiempo de la primera guerra europea, en un barco inglés que fue hundido por los submarinos alemanes en su viaje a las costas colombianas. No había tiempo que perder y Mr. James Lindsay, así se llamaba el ingeniero jefe inglés, diseñó la torre para ser construida en madera y con él colaboraron el inglés Frank Koppel y los ingenieros colombianos Jorge Robayo y Francisco Fajardo. Fue así como esa torre remplazó a la original inglesa por muchos años hasta que



                                                                                     

 La "Torre de Herveo", es otro de los vestigios del Cable de Mariquita, con una historia tan original que vale la pena de relatarse. Todos los materiales y entre ellos las torres de aquel cable venían de la tierra de sus concesionarios, la Gran Bretaña. El jefe de la construcción y gerente de la empresa comercial era un ingeniero inglés que, dicho sea de paso, se granjeó la amistad y el aprecio de la gente de Manizales por sus relievantes dotes personales. Faltaba poco para terminar los trabajos del Cable: apenas una torre de hierro que debía ser colocada cerca de Herveo





                                                                               














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